Perdonar es uno de los actos más desafiantes que podemos enfrentar en la vida, pero también uno de los más liberadores. Cuando hablamos de perdón, la idea puede asustarnos o hacernos sentir incómodos. Nos imaginamos que perdonar es igual a olvidar lo que pasó o justificar lo que nos hicieron, pero no es así. El perdón es mucho más profundo y, sobre todo, es un regalo que te haces a ti mismo.
El perdón es un acto personal
El perdón es dejar de cargar con el resentimiento, con esa ira que se acumula cuando alguien nos lastima. Muchas veces, sentimos que tenemos derecho a ese enojo, y quizás lo tengamos. Pero al final, esa ira solo nos daña a nosotros mismos.
Perdonar no significa que estés diciendo "lo que me hiciste está bien". Tampoco significa que debas olvidar lo que pasó o que debas continuar la relación como si nada. El perdón no tiene que ver con la otra persona; tiene que ver contigo. Es un proceso en el que decides soltar las cadenas del resentimiento para poder sanar.
¿Alguna vez te has dado cuenta de que, a veces, la otra persona ni siquiera sabe que sigues molesto con ella? Mientras tanto, tú sigues arrastrando esa ira y ese dolor. Aquí es donde entra la magia del perdón: lo haces por ti, no por la otra persona. Perdonar te libera, te sana.
Lo que el perdón no es
Perdonar no es excusar o aprobar el mal comportamiento de alguien. Tampoco significa que tienes que volver a ser amigo de esa persona o que todo debe volver a ser como antes. Si decides perdonar, eres tú quien define qué relación, si es que la hay, tendrá lugar después de ese perdón.
Tampoco es una decisión que puedas forzar. Si no te sientes listo, no tienes que hacerlo. Y si decides perdonar, no tienes que decirlo en voz alta, ni siquiera a la persona que te lastimó. A veces, el perdón es un proceso interno y silencioso que puede tardar tiempo en completarse. Y está bien.
¿Por qué deberías perdonar?
Tal vez te estés preguntando: "Si no lo hago por la otra persona, ¿por qué debería perdonar?". La respuesta es sencilla: por tu propia paz mental. El perdón es una oportunidad para sanar. Cuando decides soltar el resentimiento, estás creando espacio para la esperanza, para la tranquilidad. Dejas de permitir que el dolor del pasado siga afectando tu presente.
Perdonar también tiene beneficios reales para tu salud. Puede reducir los niveles de estrés, ansiedad, ira e incluso depresión. Además, aumenta la autoestima, ya que te permite sentir que tienes control sobre tus emociones y tu vida. Y, a largo plazo, te ayuda a construir una mayor resiliencia emocional, esa capacidad para enfrentar los desafíos futuros con más fortaleza.
No tienes que apresurarte
Si sientes que todavía no estás listo, no pasa nada. En BienestarTU estamos aquí para acompañarte en tu proceso, a tu ritmo. Si quieres dar ese primer paso en tu camino de sanación, te invitamos a reservar tu primera terapia gratuita aquí. Además, si buscas una guía más estructurada para mejorar tu bienestar emocional, puedes unirte a nuestro curso de salud mental básica aquí. No tienes que hacerlo solo, estamos aquí para ayudarte a encontrar tu paz.
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